Eran las 12 de la mañana, el no podia dormir, cambiaba su cabeza de lugar para acaparar el sueño, pero no podia dormir, temia llegar a las 3 pues cosas podrian pasar, y quizas a las 6 no volveria a despertar.
En un momento lo logro, sus ojos se cerraron y el sueño atrapo, pero luego desperto, se sintio desesperado y el reloj miro, eran las 3:00 que sorpresa para el, sus ojos se abrieron y su sueño ceso, pues era la hora en que iniciaria su ejecución.
El era ateo y no creia en Dios, y al indicar las 3 se humillo y rezo, pero ya era tarde y no tenia perdon, ya no habia tiempo, todo acabo.
Miro a la luna con mucha atención, pues se belleza lo lleno, y esperanzas le dio.
Subio a la azotea buscando a esa luz,esa luz que brilla con fuerzas, con su belleza, con su plenitud.
Brinco para alcanzarla y fue lo ultimo que vio, a la hermosa luna blanca, que le cantaba su ejecución.
tu condenado ha tenido una de las muertes más bellas, un vuelo sobre plata y coro de plata de luna... le has dado su propia diosa a la que entregarse en sacrifio.
ResponderEliminaryo también pertenezco a esa orden.
poema estumendo.
saludos, sinceros
sólo por si fue el bloggerazo del otro día el que borró el comentario.
ResponderEliminarme encanta como has entregado a tu condenado al en-canto de la luna. a la desesperación le acompañó, por lo menos, un coro de plata en un vuelo de plata sobre una luna de plata.
tienes mucha fuerza y sensibilidad en tus poemas.
"se derramarán más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no escuchadas"
-sta. teresa-
tal vez el canto de luna pidiera por su salvación.
saludos sinceros